Descripción
Para Enrique Breccia, «Guevara decidió irse de Cuba por sus profundas diferencias políticas con Fidel Castro. Fidel ya se había convertido al servicio de la Unión Soviética; y había alineado a la isla y a su gobierno con el imperialismo soviético, para actuar como un peón en la lucha que la URSS tenía con los EE.UU. por el poder hegemónico mundial. El Che dejó escritos donde expresa claramente sus disidencias políticas, tanto con el régimen cubano como con la política de la Unión Soviética hacia la isla. En este contexto, puede decirse que Guevara fue una víctima del carácter bifronte del poder mundial de esos días. Un imperialismo lo entregó y el otro imperialismo lo ejecutó. El que lo entregó, después lo mitificó para prestigiar una revolución que traicionó todos los principios que la gestaron. Y el imperialismo que lo ejecutó, banalizó su trayectoria incorporándolo al mercado desde un costado superficialmente estético, en forma de pósteres, remeras y artículos de mercadeo. Si hay un mensaje que rescatar de la figura del Che es la de un hombre que, habiendo alcanzado los máximos cargos políticos en Cuba, abandonó todo y prefirió morir a dejar de ser fiel a sí mismo y traicionarse».
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