Descripción
En una noche que no termina nunca, el insomnio es real, constante. Una caída vacía que recorre oscura, maquillada de ciudad despierta, que amenaza todopoderosa. Leyendo con urgencia demasiadas cosas, casi todo. Los edificios vestidos de lámparas poseen lo perdido. Si la voz no contesta, surge la noche que responde. Ya ves, la eternidad no es distinta. La oscuridad es como la luz. El arma que nos liquida.