Descripción
Hermoso, porque la obra de Enrique propia y personal de las décadas del 70 y 80 lo muestran versátil, auténtico, diestro y profundamente decidido. Y necesario, porque sus adaptaciones -versiones personales será mejor decir- a escritores como E. Echeverría, David Viñas, Discépolo y el payador Juan Pedro López son, por sí mismas y gracias al troema, material de estudio en los colegios, material pertinaz, material necesario…