Descripción
El mundo Figueras es un mundo alucinado, pero, también, un mundo exacto. Un mínimo error podría hacer que los lectores, en lugar de reírnos a carcajadas, naufraguemos en el desamparo y el sinsentido, porque en estos cuentos —y en el resto de lo que Figueras ha escrito— no se niega ni se disfraza el dolor, tampoco el espanto, la tristeza o la muerte. Están allí, todo el tiempo, esperando el error de cálculo que les permita no dejar nada en pie. Pero, ya lo dije, el mundo Figueras es un mundo exacto, y ese error de cálculo nunca sucede. Por eso, mientras duran estos cuentos, la felicidad no sólo es posible, sino que también, por suerte para nosotros, es inevitable.